martes, 24 de marzo de 2020


Poemas para un apocalipsis

Los fumadores convulsivos consumían nicotina y apestaban a tabaco mientras los tubos de escape de los automóviles dejaban sin oxigeno nuestros pulmones y el asma evolucionaba en nuestras arterias antes del desastre
Los toxicómanos consumían sobredosis de heroína mientras normalizaban la hepatitis y el sida en su organismo
Adictos al azúcar consumían obesidad con gula sin necesidad de inyectarse insulina
La dieta era una operación de estómago en una clínica de estética en busca de la juventud eterna
La carne putrefacta enfermaba nuestras células con cáncer mientras la grasa obstruía las arterias y el corazón latía al ritmo que marcaba un marcapasos
Uno tras otro los dientes se caían y las muelas acababan agujereadas por las caries
Las pantallas digitales sacaron nuestros ojos de las órbitas y las personas caminaban con la mirada en el teléfono móvil sin darse cuenta de lo que acontecía en la calle
Algunos trataron de proteger a los niños del fracaso de los adultos adictos al suicidio
Los aplausos confundieron al poeta que ahogado por el ego no lograba declamar con claridad sus versos corrosivos
Cobró vida el alambre oxidado en la linde del camino cuando ya no había vacunas para el tétano
Algunos sobrevivieron aislados hasta que agotaron las latas de conservas
Un niño los condujo a la habitación de los horrores allí donde el incesto trajo al ADN decadencia
Los pacifistas gritaron Nevermore mientras los quemaban en la hoguera
Never Mind chillaban los que se quedaron a la espera de la extinción de los insectos
Algunos seres que mutaron competían por sus despojos con los buitres y las hienas
Dejaron de escucharse voces en el patio del colegio mientras las madres eliminaban el fruto de su vientre por el temor que las inspiraba la mutación de sus engendros
El mar devolvía la carne de los cadáveres consumidos por los peces a las playas totalmente desiertas
El cielo era una gran pira funeraria que abrasaba hasta el último brote de hierba solo algunos seres con la piel calcinada a pesar de los dolores continuaron con una vida infierno
El cadáver de los árboles servía de cobijo a las serpientes con veneno mientras en las cloacas los roedores no soportaban el calor del agua hirviendo
Las personas maldecían a sus ancestros mientras se lanzaban al vacio como única salida a los dolores
Desaparecida el agua la sal de los océanos cegaba a los vivos que vagaban sin rumbo en espera de la muerte
A veces entre los gases se podía ver un astro que traía luz y otros días comenzaba a caer agua contaminada
La vida se abrió paso y los seres extraños comenzaron a surgir entre los alaridos de dolor y el olor a carne incinerada de los supervivientes
Los que se ocultaron en las entrañas de la tierra no pudieron soportar la radioactividad ni el arsénico en el aire
La desesperación abrazó la locura  algunos exigieron sacrificios y en los campos de refugiados no quedaron vírgenes
Algunos se abrazaron con tal fuerza que rompieron sus costillas
El exceso de grasa igual que los transgénicos modificó a partir de sus raíces la estructura de los árboles por eso tienen el pelo largo en las ramas y en el tronco escamas de pescado
El minimalismo cobró vida en los soportales de los edificios abandonados y quedó al descubierto el óxido de la ferralla en sus cimientos
Los edificios sin vida albergaban en sus paredes semillas que brotaban de una manera ilógica en sus fachadas
Eso asustaba a los seres extraños que no toleraban el oxígeno en el aire
Dicen que aún se pueden ver seres humanos con el rostro desfigurado que respiran tras una máscara
A veces algún ave se posa al calor de las hogueras de los seres extraños que asombrados las idolatran  como a seres sobrenaturales que deberían estar extintos y sobrevivieron al desastre


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