En mi barrio los banqueros
acumulan viviendas que tapian con ladrillo y hormigón mientras
amenazan a las familias sin ingresos con
dejarlas en la calle a merced del frió y
la humedad.
Las niñas de mi barrio miran con horror al policía que echa
abajo la puerta arrastra a su madre de los pelos y se lleva su pijama su
edredón y sus muñecas.
En mi barrio los vecinos permanecen en un profundo sueño y
no despiertan aunque el paro esté en su puerta.
Los más jóvenes no conocen que la unión hace la fuerza y
cuando el enemigo es poderoso optan por cerrar los ojos taparse los oídos y
derrotados sin hacer ruido emigrar al extranjero.
¡A las ramas dicen las mas bravas! en twiter y facebook mientras los antidisturbios a base de montajes
policiales las amordazan y se las llevan detenidas.
El resto no quiere saber nada de política pero repite las noticias
de la prensa y defiende los intereses de los políticos los bancos y las multinacionales
porque si lo dice la televisión será cierto.
Como buenos patriotas odian a los inmigrantes que vienen en
patera a los que cruzan en avión el atlántico a los que llegan del este de
Europa y a los catalanes que osan hablar de otra bandera.
En mi barrio no hay lugar para un mundo nuevo a no ser que
ese planeta sea un lapso de tiempo para la vida en un desierto estéril.
Si pintas muros en la calle serás una amenaza y encerrarán
tu creatividad en los centros culturales.
Si liberas un hogar te echarán a golpes para que no sientas
el confort del trabajo común en sus paredes.
En mi barrio la usura especula y mi vecina sin ningún tipo
de escrúpulo invierte en miseria y acude
a las subastas de los pisos de desahucio en busca de las mejores ofertas.

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