lunes, 27 de enero de 2020


En mi barrio la juventud consume Éxtasis a ritmo de una máquina deforme que te clava sus mandíbulas como una hormiga sin antenas que se sale de la fila y ha perdido la cordura

Las drogas legales son la receta de las depresiones a las que nos lleva la angustia por no pisar el césped y la juventud consume anfetaminas hasta en las dietas

Algunos insisten una y otra vez  con enormes fardos de insultos estridentes que te enervan como el sonido de una tiza en la pizarra de un aula donde entraba con sangre la letra

Los jóvenes se multiplican al calor de los bancos en el parque donde no recurren al látex y dejan rastros de semen estéril de papel de aluminio de cucharas oxidadas y de ojos de batracio opacos llenos de tristeza

En mi barrio son frecuentes las plantaciones de marihuana en las terrazas y su olor se agradece en unas calles que huelen a heces de gato a cloaca y al humo de la combustión de los tubos de escape que obligan a restringir la velocidad en la M-30

Y que decir de la necesidad de la Viagra  por tanto consumo de medicamentos y tanto sexo virtual con una pantalla táctil con cuyo único contacto  real que se mantiene es con la huella dactilar de la yema de los dedos

Y a propósito del porno son frecuentes las descargas ilegales que a pesar de ser delito son ejecutadas por ciudadanos ejemplares  que defienden la ley y que criminalizan a los top manta en defensa de unas multinacionales que no pagan impuestos y que explotan trabajadores en China en la india o en Tailandia sin importarles su edad ni sus condiciones laborales

Son frecuentes  las ciudadanas que votan a la mafia y justifican la represión a los mineros por ser negros y llaman privilegios a los convenios de las funcionarias en los mismos corrillos donde llaman a los gais enfermos y odian a los vascos a los catalanes  a los gitanos a los inmigrantes a los parados a los mendigos a los alcohólicos a los perros a los gatos a su vecino de la planta baja y hasta a los minusválidos si son una amenaza con la que creen que puede peligrar su jornal

Y  qué decir de unas mujeres que prefirieron ser floreros y  no se cuestionan otra cosa que no sea operarse el pecho y miran para otro lado ante la noticia de otra mujer asesinada de otra violación en una fiesta de los abusos sexuales a las trabajadoras de la fresa del trabajo a destajo de las camareras en los hoteles o de la trata de blancas si su príncipe azul después de irse de putas regresa a casa y debajo del colchón siempre hay un billete de quinientos que en el centro comercial las haga creer que son princesas

Por eso son frecuentes las personas invisibles que ha dejado al margen el sistema que se asocian para recuperar la dignidad de los humildes que prefieren las lentejas a la deshonra de meter mano en los impuestos y que son incapaces de ningunear a sus vecinos a cambio de tener un BMV en la puerta                                              

Por eso la juventud prefiere hacer el indio como diría Roberto Iniesta  y defiende el derecho a la vivienda por eso son frecuentes los bancos de alimentos los voluntarios que salvan vidas en el mar las redes solidarias de acogida los mercadillos de trueque las tiendas gratis y son frecuentes los abrazos las lagrimas y si hace falta los presos detenidos por evitar que una anciana duerma a la intemperie. 






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