En mi barrio la juventud consume Éxtasis a ritmo de una máquina deforme
que te clava sus mandíbulas como una hormiga sin antenas que se sale de la fila
y ha perdido la cordura
Las drogas legales son la receta de las depresiones a las que nos lleva
la angustia por no pisar el césped y la juventud consume anfetaminas hasta en
las dietas
Algunos insisten una y otra vez
con enormes fardos de insultos estridentes que te enervan como el sonido
de una tiza en la pizarra de un aula donde entraba con sangre la letra
Los jóvenes se multiplican al
calor de los bancos en el parque donde no recurren al látex y dejan rastros de
semen estéril de papel de aluminio de cucharas oxidadas y de ojos de batracio
opacos llenos de tristeza
En mi barrio son frecuentes las plantaciones de marihuana en las
terrazas y su olor se agradece en unas calles que huelen a heces de gato a
cloaca y al humo de la combustión de los tubos de escape que obligan a
restringir la velocidad en la M-30
Y que decir de la necesidad de
la Viagra por tanto consumo de
medicamentos y tanto sexo virtual con una pantalla táctil con cuyo único
contacto real que se mantiene es con la
huella dactilar de la yema de los dedos
Y a propósito del porno son frecuentes las descargas ilegales que a
pesar de ser delito son ejecutadas por ciudadanos ejemplares que defienden la ley y que criminalizan a los
top manta en defensa de unas multinacionales que no pagan impuestos y que
explotan trabajadores en China en la india o en Tailandia sin importarles su edad
ni sus condiciones laborales
Son frecuentes las ciudadanas
que votan a la mafia y justifican la represión a los mineros por ser negros y
llaman privilegios a los convenios de las funcionarias en los mismos corrillos
donde llaman a los gais enfermos y odian a los vascos a los catalanes a los gitanos a los inmigrantes a los parados
a los mendigos a los alcohólicos a los perros a los gatos a su vecino de la
planta baja y hasta a los minusválidos si son una amenaza con la que creen que
puede peligrar su jornal
Y qué decir de unas mujeres que
prefirieron ser floreros y no se cuestionan
otra cosa que no sea operarse el pecho y miran para otro lado ante la noticia
de otra mujer asesinada de otra violación en una fiesta de los abusos sexuales
a las trabajadoras de la fresa del trabajo a destajo de las camareras en los
hoteles o de la trata de blancas si su príncipe azul después de irse de putas
regresa a casa y debajo del colchón siempre hay un billete de quinientos que en
el centro comercial las haga creer que son princesas
Por eso son frecuentes las personas invisibles que ha dejado al margen
el sistema que se asocian para recuperar la dignidad de los humildes que
prefieren las lentejas a la deshonra de meter mano en los impuestos y que son
incapaces de ningunear a sus vecinos a cambio de tener un BMV en la puerta
Por eso la juventud prefiere hacer el indio como diría Roberto
Iniesta y defiende el derecho a la
vivienda por eso son frecuentes los bancos de alimentos los voluntarios que
salvan vidas en el mar las redes solidarias de acogida los mercadillos de
trueque las tiendas gratis y son frecuentes los abrazos las lagrimas y si hace
falta los presos detenidos por evitar que una anciana duerma a la intemperie.

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