lunes, 16 de marzo de 2020


En el paisaje penumbra, y asomado al abismo el vértigo, que confunde una puesta de sol, con la deflagración de una bomba.
Para que tanta matemática, si la respuesta a tanta pregunta, se encuentra en la taza del Wáter,  y la solución al problema, está en el agua que limpia tanta inmundicia.
Tras el paisaje el dibujo de un niño, la espiral que se repite, y los carnívoros que se comen a los herbívoros.
Quizá fuese el agua el principio, pero es que ahora el petróleo en la bolsa, tiene un valor añadido.
Las mujeres y los hombres se atraen, para crear una nueva vida, aunque después con los años, esa atracción los destruye.
Algunos no temen perder ahogados en el agua la vida, ni adquirir en la selva la malaria, o acabar en el desierto sus días sepultados por una tormenta de arena.
Esos son los que no se amedrentan un día de huelga, cuando cargan los antidisturbios.
Hay una mujer que se arrastra, hasta formar parte del suelo, es un peón derrotado, que ya no teme cual será el resultado de la partida.
Una figura en la sombra puede mostrarnos los temores que habíamos olvidado cuando nos hicimos adultos.


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