En el paisaje penumbra, y asomado al abismo el vértigo, que confunde una puesta de sol, con la
deflagración de una bomba.
Para que tanta matemática, si la respuesta a tanta pregunta, se
encuentra en la taza del Wáter, y la
solución al problema, está en el agua que limpia tanta inmundicia.
Tras el paisaje el dibujo de un niño, la espiral que se
repite, y los carnívoros que se comen a los herbívoros.
Quizá fuese el agua el principio, pero es que ahora el
petróleo en la bolsa, tiene un valor añadido.
Las mujeres y los hombres se atraen, para crear una nueva
vida, aunque después con los años, esa atracción los destruye.
Algunos no temen perder ahogados en el agua la vida, ni
adquirir en la selva la malaria, o acabar en el desierto sus días sepultados por
una tormenta de arena.
Esos son los que no se amedrentan un día de huelga, cuando
cargan los antidisturbios.
Hay una mujer que se arrastra, hasta formar parte del suelo,
es un peón derrotado, que ya no teme cual será el resultado de la partida.
Una figura en la sombra puede mostrarnos los temores que
habíamos olvidado cuando nos hicimos adultos.

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