martes, 11 de febrero de 2020


En mi barrio si hablamos de racismo a veces vemos con horror una esvástica como si condenásemos el Apartheid y se tuvieran en cuenta los derechos humanos de las personas que llegan del otro lado del océano.

Y mientras tanto mi vecino habla de que los inmigrantes  acaban con los derechos laborales mientras aplaude a Amancio Ortega que contrata menores en sus países de origen para coser a precio de saldo.

Habla de las ayudas económicas a los gitanos pero jamás le oí quejarse cuando rescataron con sus impuestos a los bancos.

Se queja del aumento de la delincuencia mientras tiene por personas gratas a los políticos corruptos y a los usureros con traje y con corbata.

Pide seguridad y cámaras de vigilancia pero no quiere saber nada del abuso de poder de los agentes del orden que extorsionan a las prostitutas a los camellos y que te abren la cabeza si pides tus derechos laborales.

Abraza leyes que protegen de las falsificaciones a las multinacionales y persiguen a los top manta mientras ellos hacen descargas ilegales de películas de estreno.

En mi barrio cada vez hay más cuchillas en las alambradas y los muros cada día son más altos.

                                                          foto y verso: Batania

No hay comentarios:

Publicar un comentario