En los barrios marginales, hay delincuentes con un hurto en
la cabeza, que cumplen condenas por delitos menores, como un tirón de bolso, algún
que otro butrón, o robar a algún pringao en un cajero.
El tema de conversación es, si sube o baja el precio, del
papel, o la chatarra, si la Mari frecuenta el polígono, a pesar de estar otra vez
embarazada, o si el Manu continua en la
cárcel.
Las tertulias de mi barrio, duran hasta altas horas de la
madrugada, pese a las quejas reiteradas de los vecinos, a través de las ventanas.
Los tertulianos hacen
caso omiso, y los vecinos continúan escuchandolas, a pesar de subir el volumen de
su mando a distancia.
En las tertulias de mi barrio, ya no se habla de economía, ni
de el paro, aquí solo sobreviven los que tienen un máster, en resolver
conflictos a base de navaja.
Los tertulianos de mi
barrio, a veces dejan de hablar, para atender al personal, que viene en busca de
hachís, maría, o farla.
Algunos, abandonan la comodidad de las tertulias, para hacer
turismo en una cunda, a las chabolas de cartón y plástico, del extrarradio, para
adentrarse en la podredumbre de los
charcos de agua podrida, y de los cables ilegales, enganchados a las torres
eléctricas, donde ya no se posan ni las hurracas.
En las chabolas ya no se venden sanitarios, ni chatarra, y si
no estás vacunado del tétano, el oxido se aloja en las arterias, y te mata.
Al final, los tertulianos regresan al barrio, y a pesar del
desempleo, la pobreza energética, o los desalojos, allí permanecen a salvo de los
musulmanes que degüellan en directo occidentales, a salvo de los terroristas que
se inmolan en los centros de ocio, o de los que atropellan con un camión todo lo
que encuentran a su paso.
En las tertulias de mi barrio odian a los catalanes, y prometen
consumir cava extremeño en navidad, como
si estos al independizarse, pudiesen traer aun más pobreza a sus casas.
También odian a los inmigrantes, que les hacen la competencia
con a la venta ambulante, o con sus mantas.
Las tertulias de mi barrio, no son muy diferentes a "Sálvame"
salvo que aquí, solo se escucha la palabra "Válgame" cuando se muestran los trapos
sucios de los tertulianos.
Mi barrio es un reálit,i donde el premio es llegar a viejo
con la dentadura intacta, y más vale que no salgas nominado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario