domingo, 15 de marzo de 2020


En los barrios marginales, hay delincuentes con un hurto en la cabeza, que cumplen condenas por delitos menores, como un tirón de bolso, algún que otro butrón, o robar a algún pringao en un cajero.
El tema de conversación es, si sube o baja el precio, del papel, o la chatarra, si la Mari frecuenta el polígono, a pesar de estar otra vez embarazada, o si el  Manu continua en la cárcel.
Las tertulias de mi barrio, duran hasta altas horas de la madrugada, pese a las quejas reiteradas de los vecinos, a través de las ventanas.
 Los tertulianos hacen caso omiso, y los vecinos continúan escuchandolas, a pesar de subir el volumen de su mando a distancia.
En las tertulias de mi barrio, ya no se habla de economía, ni de el paro, aquí solo sobreviven los que tienen un máster, en resolver conflictos  a base de navaja.
 Los tertulianos de mi barrio, a veces dejan de hablar, para atender al personal, que viene en busca de hachís, maría, o farla.
Algunos, abandonan la comodidad de las tertulias, para hacer turismo en una cunda, a las chabolas de cartón y plástico, del extrarradio, para adentrarse en la podredumbre de los charcos de agua podrida, y de los cables ilegales, enganchados a las torres eléctricas, donde ya no se posan ni las hurracas.
En las chabolas ya no se venden sanitarios, ni chatarra, y si no estás vacunado del tétano, el oxido se aloja en las arterias, y te mata.
Al final, los tertulianos regresan al barrio, y a pesar del desempleo, la pobreza energética, o los desalojos, allí permanecen a salvo de los musulmanes que degüellan en directo occidentales, a salvo de los terroristas que se inmolan en los centros de ocio, o de los que atropellan con un camión todo lo que encuentran a su paso.
En las tertulias de mi barrio odian a los catalanes, y prometen consumir cava extremeño en  navidad, como si estos al independizarse, pudiesen traer aun más pobreza a sus casas.
También odian a los inmigrantes, que les hacen la competencia con a la venta ambulante, o con sus mantas.
Las tertulias de mi barrio, no son muy diferentes a "Sálvame" salvo que aquí, solo se escucha la palabra "Válgame" cuando se muestran los trapos sucios de los tertulianos.
Mi barrio es un reálit,i donde el premio es llegar a viejo con la dentadura intacta, y más vale que no salgas nominado.


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